En mi último viaje a Torres del Paine sentí emotivamente los efectos del incendio ocurrido a fines del 2011-2012, donde se quemaron más de 17.000 hectáreas. Las huellas imborrables de ese horror continuarán presentes por años y están ahí para mostrarnos la fragilidad de nuestro medio ambiente y que no debemos olvidar la responsabilidad con nuestro hogar y todos sus ecosistemas.
Carlos Guevara
Torres del Paine, Chile
MENCIÓN